HERIDAS EMOCIONALES
Es común experimentar en nuestra infancia situaciones que pueden ocasionar lo que llamamos “heridas emocionales”, que pueden ser causadas por diferentes factores.
Son difíciles de identificar (suelen hacerse conscientes cuando ya somos adultos), pues se esconden detrás de los miedos y de personalidades ya creadas (esa fachada de fortaleza y seguridad). Pero la realidad es que pueden afectar y afectan en todos los ámbitos de nuestra vida, sobretodo en aquellos en los que generamos vínculos, conexiones con implicación emocional.
Puedes detectarlas, por ejemplo: insomnio, sueños repetitivos, psoriasis, ansiedad, dificultades para confiar (en un@ mism@ y en los demás), baja autoestima, relaciones sentimentales dañinas, sentimientos de soledad y/o de rechazo, cambios del estado de ánimo, etc.
Teoría de los tipos de heridas emocionales:
- Herida de abandono: El abandono emocional puede ser causado por la falta de atención y de cariño por parte de nuestros padres o cuidadores. Ocurre cuando un niño no recibe el cuidado, el amor y la atención emocional adecuada por parte de los padres o cuidadores. Esto puede llevar a una sensación de vacío, dificultades para establecer relaciones íntimas y miedo al abandono, baja autoestima y dificultades en las relaciones interpersonales.
- Herida de rechazo: El rechazo puede ser originado por sentir que no somos queridos o valorados en un grupo, rechazado repetidamente o excluido por nuestros padres, familiares o compañeros. El rechazo puede llevar a sentimientos de baja autoestima, soledad, ansiedad social y dificultades para confiar en los demás.
- Herida de humillación: La humillación o abuso emocional: puede ser causada por experiencias de vergüenza o de sentirnos menospreciados frente a alguien más. Implica la exposición repetida a comportamientos abusivos, como humillación, críticas constantes, insultos o manipulación emocional. Este tipo de abuso puede dañar la autoestima y generar sentimientos de inseguridad, ansiedad y depresión. Puede incluir: abuso físico y/o sexual.
- Herida de traición: Esta herida se produce cuando una persona experimenta una violación de la confianza por parte de alguien en quien confiaba. Puede ser una traición en una relación íntima, amistad o incluso en el ámbito laboral.
- Herida de injusticia: Esta herida se produce cuando una persona experimenta un trato injusto o una situación en la que siente que sus derechos o valores han sido violados.
Identifica tus heridas:
Para identificar nuestras heridas de la infancia, debemos prestar atención a nuestras emociones, pensamientos y patrones de comportamiento. Por ejemplo, si sentimos ansiedad o miedo frente a situaciones de abandono, es posible que tengamos una herida en ese aspecto. Si sentimos que no encajamos en ciertos grupos o que no somos aceptados, es posible que tengamos una herida de rechazo.
Las heridas emocionales pueden afectar profundamente la forma en que te relacionas con los demás y contigo misma. Pueden generar dificultades en la confianza, la intimidad, el establecimiento de límites saludables y la regulación emocional.
→ Si sientes o crees que podrías tener algunas de estas heridas o te acabas de dar cuenta, no dudes en establecer una visita con nosotras para que podamos valorarlo junt@s y acompañarte en tu reparación.